El 26 de enero, 2024, los palestinos llevaron a la administración Biden a los tribunales, ya que se han negado repetidamente a utilizar su influencia para poner límites a los bombardeos masivos y al asedio total de Gaza por parte de Israel. En cambio, sus acciones para financiar, armar y respaldar a Israel constituyen un fracaso en la prevención del genocidio y la complicidad en el genocidio. Esto incluye negar las atrocidades de Israel, ofrecer apoyo incondicional, eludir la supervisión del Congreso para enviar fondos y armas a Israel y vetar resoluciones propuestas por el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.